¿Quién no escucharía las míticas Cuatro Estaciones de Vivaldi una vez más? Max Richter, un compositor afincado en Londres, tampoco pudo escapar de su encanto inmortal, y como resultado crea una recomposición de la obra de Vivaldi en la que desdibuja hábilmente las líneas entre el mundo de la música clásica y el de la electrónica.
La idea surgió de la contradicción entre la admiración por la obra de Vivaldi y el agotamiento causado por la imbatible popularidad de ésta, de la que existen no menos de 250 grabaciones. Pero lejos de descartar la pieza, Richter decide reescribirla adaptándola al siglo XXI. Para ello combina el material musical más emblemático de la obra de Vivaldi con su propia música, en un estilo moderno que incluye instrumentación electrónica y que nos recuerda a la música cinematográfica: un espectáculo innovador que transporta al espectador desde el Barroco a pleno siglo XXI.